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¿Es burnout o solo el sitio incorrecto?


Escribo esto desde un vuelo a 5000 pies rumbo a Dinamarca, donde voy a una formación sobre pedagogía y educación no formal… y después, unas vacaciones más que necesarias.


Pero la historia que quiero contarte no está en este avión (y sí, lo de “5000 pies de altitud” no sé si es verdad, no sé medir en pies).



La historia empieza ayer, en un lugar que suelo frecuentar para comer. Allí trabaja una chica a la que llamaré Marta, en un local que llamaré simplemente “el bar”.


Marta llevaba casi un año al frente de la cocina. Y cada vez que llegaban mesas se notaba cómo el estrés se le iba colando en la cara. Con el paso de los meses, su sonrisa y su viveza fueron desapareciendo. Pero ayer algo había cambiado.


¿Vacaciones? Sí, las había tenido, pero no era solo eso.

Marta había cambiado de puesto: dejó la cocina para salir a las mesas. Y la transformación era brutal. Sabía qué broma soltarle a cada cliente, se notaba que estar con la gente le daba energía. No es que la cocina se le diera mal, pero claramente su disfrute no estaba allí.


La sonrisa le volvía a brillar, el buen rollo se contagiaba a todo el local.


El aprendizaje de Marta

¿Por qué te cuento esto?

Porque en Marta hay un aprendizaje universal: a veces somos muy buenos en algo, pero ese “algo” nos está drenando la energía.


Y ojo, sé que esto que voy a decir es un lujo que no todo el mundo se puede permitir. Pero si no tienes hijos ni compromisos familiares que te aten, pregúntate:

¿Estás evitando hacer algo que te haría diez veces más feliz?

¿En lo que podrías trabajar diez veces más y cansarte diez veces menos?


Mis tres pilares

En mi caso, estos dos años como autónomo han tenido momentos increíbles y también meses que solo querrías que acabasen. Pero si en algo avanzo cada día es en ir afinando el campo profesional en el que quiero estar. Y no es cuestión de elegir entre mil opciones, sino de probar, descartar y acercarte cada vez más a lo tuyo.


Yo ya sé que mis tres pilares son: la comunicación, el teatro y la pedagogía.

De ahí nace mi forma de trabajar, y lo que yo llamo Comunicación Humana: aprender a escuchar tu propia energía, encontrar tu lugar y desde ahí brillar.


La pregunta para ti

Así que cierro con esta:

¿Cuáles son tus tres pilares?


Si aún no lo tienes claro, no pasa nada. Aquí seguiremos preguntándonoslo juntos —vuelo tras vuelo, café tras café.


Y ahora sí, me voy de “vacaciones”. Portaos bien.

Un abrazo digital aéreo ✈️💛

 
 
 

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yagoduran.com

Vigo, Estambul o Nueva York si hay presupuesto.

Lo que está entre el pasado y el futuro, es el aprendizaje.

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