Tu cerebro decide si confiar en alguien… en menos de un segundo
- Yago Durán
- hace 3 días
- 4 Min. de lectura
Vivimos en una época fascinante: hablamos más que nunca, enviamos más mensajes que nunca… pero nos comunicamos de verdad cada vez menos.
Y, sin embargo, tú, cuando te encuentras con alguien auténtico, alguien que no declama, que no recita, que no vende una máscara, lo notas. Algo en tu cuerpo vibra. Algo se relaja. Te reconoces en la vulnerabilidad del otro.
Eso es comunicación humana.
¿Qué entendemos por “Comunicación Humana”?
Cuando digo Comunicación Humana, no hablo de técnicas de oratoria, ni de discursos impecables, ni de cómo sonar inteligente. Hablo de algo más sencillo:
Comunicar desde lo que somos, no desde lo que fingimos ser.
Porque vivimos en una cultura donde cada vez menos buscamos al "molde perfecto" y más buscamos a la persona real.
Queremos cercanía, queremos honestidad, queremos presencia.
No queremos una voz impostada y un pecho inflado.
Queremos un ser humano que hable de tú a tú.
Pero ser vulnerable y comunicar con honestidad no significa ser idiota, las películas románticas nos lo venden muy fácil, "sé tú mismo" pero si eres tú mismo sin entender las reglas del juego... spoiler: lo vas a pasar muy mal. Te voy a contar algo muy personal de lo que espero que puedas sacar algo.
"Deberías dejar el instituto, no creo que esto sea para ti, quizá un FP básico o algo así"
Esta fue la frase de oro de uno de mis profesores cuando yo tenía unos 13 años.
Y demuestra el poder de las palabras: en una frase destruyes la autoestima de una persona y de paso desprestigias la formación profesional de un país entero. Pd.: Si tú tienes un compañero que suelta este tipo de perlas... os doy la formación gratis y de paso me siento a tomar un café con esa persona antes de que siga arruinándole la vida a más generaciones de chavales.
En cualquier caso, y siendo brutalmente honesto... Como persona con una doble neuro-divergencia, mi forma de estar en el mundo nunca ha sido muy “estándar”, ni suave, ni lineal. Y por aquel entonces ni sabía lo que era una neuro-divergencia, por lo que todo se traducía en mensajes que decían, directa o indirectamente:
“Sé menos tú para encajar mejor.” "El chaval lo intenta, pero esto no es para él" "No va a llegar muy lejos con el tipo de intereses que tiene"
Y a base de repetirle eso a un chaval, te aseguro que se lo acaba creyendo. Había solamente una cosa en la que me sentía seguro de mí mismo. En como hablaba y en como me expresaba, ese caos de ideas en mi cabeza por alguna razón conseguían ordenarse (a veces de formas poco convencionales) pero sí que conseguían captar la atención y convencer. Creo que no es casualidad que el primer trabajo que tuve con 18 años fue vendedor por teléfono. Y con el paso del tiempo entendí que el secreto no estaba en que yo fuese un gran orador o no, sino en que escuchaba y observaba muy bien al otro. Y entre que yo me sentía un bicho raro y quería entender a los demás, eso me hizo prestar mucha atención en como los demás se comunicaban y se expresaban, entre otras cosas, para hacer el ya famoso "masking" que muchas personas neurodivergentes dominan a la perfección.
Hoy mi forma natural de hablar — energética, expresiva, emocional, intuitiva — es una de mis mayores herramientas para comunicar.
Lo que antes me hacía diferente — ahora me conecta.
Lo que antes era “excesivo” — ahora es auténtico.
Lo que antes desordenaba — ahora emociona. (Aunque muchas veces siga luchando contra el caos)
Y esto no es una frase de taza del desayuno.
Es ciencia.
Lo que nos dice la ciencia sobre cómo comunicamos:
Neurolingüística: el cerebro no escucha solo palabras
Se ha demostrado que el cerebro humano responde más al tono, ritmo y cadencia vocal que al significado literal de las palabras.
Investigaciones como las de Albert Mehrabian (1967) señalan que, en la comunicación emocional, solo un 7% del mensaje se transmite por las palabras, el resto es vocalidad y lenguaje corporal.
Confianza: el pegamento invisible
La neurociencia social ha mostrado que la confianza activa el circuito de la oxitocina y reduce el estrés social (Kosfeld et al., 2005).
¿Y cuándo confiamos?
Cuando percibimos autenticidad, coherencia y vulnerabilidad.
Es decir… cuando comunicamos como seres humanos vivos a ser posible, y no como gilipollas engreídos que se creen que lo saben todo. (Tengo que meter un taco de vez en cuando para que mantengas la atención)
Tip extra: Si te sacas de la manga dos artículos científicos para un blog, a poco que lo justifiques quedas como un señor, y lo que era una reflexión, mientras te tomas tu segundo café de la mañana pasa a ser "contenido de valor". Chistes aparte, vamos a terminar esto...
A ver si esto te suena:
Esa conversación donde alguien te arreglo el día en 2 minutos.
Ese profesor que no recitaba, sino que te hacía vivir su asignatura.
Esa persona que te mira de verdad mientras le hablas y te hace sentir que importas.
La buena comunicación tiene esa cualidad:
Hace al otro sentirse valorado y aceptado.
Y entender esto — de verdad entenderlo —
Cambia el ritmo de tu vida para siempre.
Porque empiezas a escuchar distinto.
Y empiezas a hablar distinto.
Y empiezas a crear vínculos distintos. Y créeme, te lo digo por experiencia, la conversación adecuada en el momento adecuado puede hacerte cambiar de vida, de trabajo o de país.
¿Cómo se entrena esto?
... (Sonido de untar vaselina en la publicidad que te voy a meter aquí). En mis formaciones y talleres de Comunicación Humana no enseñamos a sonar perfectos.
Enseñamos a sonar reales.
Trabajamos con:
el cuerpo
la voz
la respiración
el ritmo
la escucha activa
la coherencia entre intención – emoción – gesto – palabra
Esto no va de aprender a hablar.
Va de entender qué podemos hacer en cada momento.
Si has sentido algo leyendo esto, quizá sea porque ya lo sabes intuitivamente:
Comunicar no es informar, es encontrarse tú contigo y con el otro.
Y ahora te pregunto directamente a ti:
¿Por qué crees que nos cuesta tanto comunicarnos? (Me interesa de verdad tu respuesta, escríbeme un comentario o un mensaje o lo que quieras)
¿Quieres llevar esta forma de comunicar a tu equipo docente o profesional?
Escríbeme.
Tomamos un café y si te encaja diseñamos una sesión a medida y si no, pues habremos tomado un buen café.